PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO – Ciclo B
Pbro. J. Jesús Suárez Arellano
SALUDO
La gracia y la paz de parte de Dios nuestro Padre y de Jesucristo el Señor estén con todos ustedes. R/ Y con tu espíritu.
IDEAS PARA EL CELEBRANTE
Durante este tiempo de Adviento nos confrontamos con una pregunta vital: ¿Qué espacio estoy dejando a Cristo en mi vida? ¿Estoy de acuerdo con su mensaje?
Es verdad que Él ya está entre y en nosotros, pero, ¿hago lo posible por reconocerlo en las muchas formas en que se hace presente: en nuestro prójimo, en la naturaleza, en los acontecimientos de la vida, incluso en nuestros problemas, en la vivencia de los sacramentos y hasta en sus silencios?
Tenemos que volvernos vigilantes para captar su presencia, no sólo en nuestro pequeño mundo, sino también en la Iglesia y en el ancho mundo…
A veces, soñamos con en un mundo futuro bello, hermoso, sin problemas, preocupaciones o sufrimiento… Y, aunque sabemos que nuestro mundo nunca llegará a ser tal paraíso, el Adviento nos recuerda que debemos vigilar y trabajar con Jesús para que su estilo de vida llegue a todos los rincones de nuestro mundo y nuestras vidas, así, lucharemos contra el mal a nuestro alrededor, descubriremos el valor redentor del dolor y todo será mejor para todos…
Dejemos que Cristo nos colme con su amor transformador, fuerza y su esperanza…
ACTO PENITENCIAL
En un momento de silencio, reflexionemos: ¿Esperamos vigilantes la llegada del Señor? ¿Lo buscamos? Y, cuando lo encontramos, ¿lo mostramos a otros? (Pausa)
• Señor Jesús, despierta tu poder y ven en nuestra ayuda. R/. Señor, ten piedad.
• Cristo Jesús, recupéranos para ti, que tu rostro brille sobre nosotros y así seremos salvos. R/. Cristo, ten piedad.
• Señor Jesús, nunca te abandonaremos de nuevo. Danos vida, para que invoquemos tu nombre. R/. Señor, ten piedad.
Ten misericordia de nosotros, Señor, y borra todos nuestros pecados. Muéstranos tu rostro y llévanos a la vida eterna. Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
Isaías 63, 16b-17. 19c; 64, 2b-7: En nombre de su pueblo sufriente, fracasado y que merece su suerte, el profeta invoca a Dios para que salga a su encuentro y los redima… También nosotros digamos: somos de arcilla y Tú el alfarero… ¡Ven a purificarnos Señor!
Salmo 79: Con el salmista pidamos a Dios: Escucha, resplandece, sálvanos, vuélvete, mira, fíjate, visítanos, protégenos, danos vida… y le prometemos: No nos alejaremos de ti…
1 Corintios 1, 3-9: Pablo ve a los cristianos unido ya con Cristo y enriquecidos de sus dones, sin embargo, anhelan su retorno final… Por eso debemos mantenernos firmes…
Marcos 13, 33-37: Los cristianos hemos de vivir plenamente, velando y vigilando, pues no sabemos cuándo “volverá el Señor”… Y debemos descubrirlo en la gente, en los acontecimientos de la vida y hasta en la muerte…
ORACIÓN DE LOS FIELES
Pidamos a nuestro Señor Jesucristo que nos dé la gracia de estar atentos a su presencia y que contribuyamos para que su salvación llegue a todo el mundo. Y digámosle después de cada petición: R/ ¡Ven a salvarnos, Señor!
1. Enriquece a tu Iglesia con mucha ternura, Señor, para que muestre tu camino a todos los que te buscan, acoja con compasión a los pecadores y sea refugio y defensora de los pobres. Oremos. R/ ¡Ven a salvarnos, Señor!
2. Enriquece con tu sabiduría a los líderes de nuestro mundo, Señor, para que trabajen eficazmente por la paz y la justicia en sus respectivas naciones y a nivel internacional. Oremos. R/ ¡Ven a salvarnos, Señor!
3. Enriquece a los que aún en el sufrimiento esperan en ti, Señor, para que perciban cuánto los amas y para que puedan encontrar hermanos compasivos y comprensivos. Oremos. R/ ¡Ven a salvarnos, Señor!
4. Enriquece con tu espíritu de fidelidad, Señor, a esposos y esposas que se estén distanciando, a sacerdotes y religiosos que hayan perdido el sentido de dirección en su vida, a amigos frustrados en su confianza y mutuo apoyo. Oremos. R/ ¡Ven a salvarnos, Señor!
5. Enriquece nuestras comunidades con tu amor, Señor, para que nos respetemos y apreciemos unos a otros, estemos unidos en toda nuestra diversidad, y estemos atentos a las necesidades y expectativas de los demás. Oremos.
Señor Jesucristo, tú has venido ya a renovarnos a nosotros y a nuestro mundo. Sé nuestra alegría, nuestra paz, toda nuestra esperanza, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.
INVITACIÓN A ORAR CON EL PADRENUESTRO
Oremos a Dios, nuestro Padre y Pastor, unidos con las palabras y los sentimientos que su Hijo Jesucristo nos compartió. R/. Padre nuestro…
INVITACIÓN A LA COMUNIÓN
Éste es Jesucristo, el Señor, el que era, el que es y el que vendrá, esperanza y salvación de todos.
Dichosos nosotros que podemos nutrirnos con el alimento que es el Dios-con-nosotros. R/ Señor, yo no soy digno…
BENDICIÓN / DESPEDIDA
Hermanos: Adviento es el tiempo en que, entre otras cosas, recordamos que el Señor Jesús ya vino… Y, por eso, hay que renovar su venida en cada uno de nosotros y en el mundo…
¿Dónde está su reino entre nosotros? ¿Cómo puede la gente percibir, a través de nosotros, si él está aquí? ¿Pueden nuestros hermanos verlo en nosotros y en nuestras comunidades?
Esto es lo que el Señor está esperando de nosotros…
El Señor está esperando que activemos su amor y su justicia entre nosotros… Él no lo hará solo, lo hará con nosotros…
Que Dios venga y nos active con su bendición.
Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y los acompañe siempre. Amén